El inicio de Vinoble
Subiendo las escaleras que llegan a la cima, a la entrada del Alcázar de Jerez el domingo 3 de junio por la mañana, ya se sentía lo que iba a suceder. Rodeados de otros Sherry Lover, los usuarios esperaban pacientemente en la puerta. Sin prisas, sabiendo lo que les espereba tras unos muros de piedra más antiguos que un V.O.R.S.
Una vez pasado el primer descorche y paseando tranquilamente por las arenas asentadas sobre la piedra del suelo, el comienzo de Vinoble no pudo resultar mejor. La cata de bienvenida corrió a mano de Francois Passaga en la Mezquita.
Y es que, junto a los Vinos de Jerez, la localización fue la protagonista del evento. Un Alcázar de Jerez lustroso y perfecto, ideal para unas catas tanto en el interior como en el exterior de los edificios. Los mayores focos de testeo de vinos fueron la Mezquita, los Jardines Árabes del Molino y, por supuesto, el stand del Consejo Regulador del Vino de Jerez.
Los Tesoros de San Ginés
Escalonadamente se sucedieron las catas en las que los asistentes pudieron degustar algunas de las mejores y más exclusivas botellas de vino. Entre ellas, las que corrieron a cargo de César Saldaña y Beltrán Domecq en Los Tesoros de San Ginés.
Un éxito absoluto en una Mezquita que esperaba para degustar estos vinos, escondidos durante más de cincuenta años. La cata histórica, con caldos que fueron seleccionados entre las mejores añadas y elaborados con mosto obtenido artesanalmeente en cada edición de las Fiestas de la Vendimia desde 1948.
Estas piezas de coleccionista fueron custodiadas en la Bodega de San Ginés del Consejo Regulador para celebrar los 70 años de las Fiestas de la Vendimia de Jerez. Una experiencia única que los Sherry Lover pudieron vivir en Vinoble 2018.
Catas indispensables
Pero esta no fue la única a la que asistieron los verdaderos seguidores del mundo del Vino. Impartida por Pepe Ferrer, el maridaje de los distintos tipos de Vinos de Jerez para con sabores gelificados resultó una experiencia sensorial incomparable. Una ocasión especial para los asistentes, que desconocían qué iban a probar. Pepe Ferrer supo cómo dirigirlos para que comprobasen las inmensas diferencias que marca el Vino en un maridaje.
Por otro lado, Carmen Aumesquet impartió una cata de iniciación en la que los conceptos del mundo vinícola quedaron perfectamente claros para los nuevos Sherry Lovers que asistieron al mismo.
César Saldaña, por su parte, logró explicar los distintos matices de los caldos de Jerez a las Sherry Women en una cata exclusiva para ellas así como la importancia y el motivo de la crianza oxidativa en los Vinos de Jerez.
La nota más original de las jornadas la tuvo Sherry on the Rock, una cata en la que, como su propio nombre indica, el elemento a maridar era la propia música rock. Gibson creó un modelo exclusivo hecho con madera de bota de Vinos de Jerez.
La guinda del pastel
Pero el punto final lo puso una cata casi a ciegas en la que los asistentes disfrutaron de distintos vinos especialmente traídos para ellos sin saber de cuáles se trataba. De hecho incluso quienes la impartían desconocían qué vinos de sus bodegas serían los catados. Una experiencia para los sentidos compartidos por todos los asistentes.
Y es que, Vinoble son los Sherry Lover que acuden enamorados de un buen Vino de Jerez y los profesionales de las bodegas, sin quienes Vinoble no existiría.
Cientos de personas se dieron cita en el evento de los Vinos Nobles por excelencia. Para la próxima aún faltan dos años, pasaremos el tiempo con un Vino de Jerez en la mano.
